Serie: En el Mar.

La leyenda continúa

En algunos pequeños pueblos de pescadores aún perdura la creencia de que, quienes murieron en el agua de los ríos o en el mar, cuando descubren playas soleadas, tranquilas y solitarias, sus ánimas se acercan a las orillas a recordar y volver a sentir los momentos más conmovedores de su vida.

Esta serie de trabajos trata sobre esta leyenda, uniendo los paisajes de las playas desoladas en días templados y tranquilos, con estos misteriosos y solitarios visitantes flotando en el aire, en el agua y en la arena recordando y reviviendo sus momentos más sentidos.

Esta historia nos invita a recordar a nuestros seres queridos en sus momentos más felices, nos acaricia los recuerdos, compartiendo sentimientos con ellos, una vez más.

En algunos pequeños pueblos de pescadores aún perdura la creencia de que, quienes murieron en el agua de los ríos o en el mar, cuando descubren playas soleadas, tranquilas y solitarias, sus ánimas se acercan a las orillas a recordar y volver a sentir los momentos más conmovedores de su vida.

Esta serie de trabajos trata sobre esta leyenda, uniendo los paisajes de las playas desoladas en días templados y tranquilos, con estos misteriosos y solitarios visitantes flotando en el aire, en el agua y en la arena recordando y reviviendo sus momentos más sentidos.

Esta historia nos invita a recordar a nuestros seres queridos en sus momentos más felices, nos acaricia los recuerdos, compartiendo sentimientos con ellos, una vez más.

Aire

Agua

Arena

Detalle

Acerca de la Obra

" Dicen que, en ciertas playas solitarias, las almas de quienes murieron en el agua regresan. No para penar, sino para recordar"

Esta serie de obras digitales da cuerpo y alma a esta leyenda de los pescadores casi perdida por los tiempos. Cada figura que flota, se sienta o se entrega a las olas no representa una muerte, sino una persistencia.

Son seres ausentes, que por un instante suspendido en la memoria, se materializan a través del aire, el agua y la arena. 
Los trazos simples y sutiles, los arman y desarman transforman la escena en una danza, una risa, una caricia.

No tienen peso, pero tienen gesto. 
No tienen voz, pero sus cuerpos murmuran. 
Se reencarnan en color, en movimiento suspendido, en la luz quebrada del atardecer y finalmente se reflejan en nuestros recuerdos más sentidos.

La muestra no habla de fantasmas, sino de vinculos. De aquello que, aunque desaparecido, sigue tocandonos.

Nos invita a mirar con ternura hacia lo perdido y a recordar, como ellas, los momentos mas hondos y felices. Como quien, en una playa desierta, cierra los ojos y por un segundo siente que alguien más se sienta a su lado. 

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