Serie: Migraciones que formaron la Argentina del siglo XX
Inmigrantes 1930
Esta serie es parte de un proyecto más amplio de trabajos sobre los distintos movimientos migratorios que se fueron entrecruzando hasta formar nuestra sociedad actual.
Estos movimientos migratorios que formaron el tejido social de nuestro país, aún se mantienen diluidos y/o tergiversados en muchas publicaciones y en parte del imaginario social.
El proyecto incluye obras sobre:
1) Los primeros “colonos” que llegaron con la invasión de los "conquistadores".
2) La incorporación de los esclavos africanos y nativos.
3) Los sobrevivientes de los pueblos originarios que luego de la independencia de España, se ven obligados a incorporarse a los estados como inmigrantes en sus propias tierras.
4) La integración de los africanos luego de su “libertad”
5) Las inmigraciones sobre todo asiáticas y europeas de los siglos 19 y 20 ̶"Inmigrantes 1930" a la que representan las siguientes obras"-̶
6) La “inmigración interna” y de pueblos vecinos hacia las ciudades con más ofertas de trabajo.
Esta serie es parte de un proyecto más amplio de trabajos sobre los distintos movimientos migratorios que se fueron entrecruzando hasta formar nuestra sociedad actual.
Estos movimientos migratorios que formaron el tejido social de nuestro país, aún se mantienen diluidos y/o tergiversados en muchas publicaciones y en parte del imaginario social.
El proyecto incluye obras sobre:
1) Los primeros “colonos” que llegaron con la invasión de los "conquistadores".
2) La incorporación de los esclavos africanos y nativos.
3) Los sobrevivientes de los pueblos originarios que luego de la independencia de España, se ven obligados a incorporarse a los estados como inmigrantes en sus propias tierras.
4) La integración de los africanos luego de su “libertad”
5) Las inmigraciones sobre todo asiáticas y europeas de los siglos 19 y 20 ̶"Inmigrantes 1930" a la que representan las siguientes obras"-̶
6) La “inmigración interna” y de pueblos vecinos hacia las ciudades con más ofertas de trabajo.
Sola renaciendo en el fin del mundo
La costa no siempre recibe: a veces también abandona. En sus ojos, el fuego del cielo se mezcla con la sal del adiós.
Trae las manos vacías y el pasado a cuestas, como tantos. Su rostro refleja una mezcla de dolor, incertidumbre y dignidad.
El Río de la lata la recibe alla por los años 30.
No vino por un sueño, vino escapando del hambre, la guerra, el pasado o el olvido.
Solo contará con un país desconocido, la fuerza y la certeza de tener que empezar una vez más...
Y sin embargo, en la grieta del miedo, ya germina algo nuevo.
Un barco y tres destinos
Nadie emigra solo. Hasta el que camina sin compañía lleva consigo una historia.
Aquí, el barco no es solo un transporte: es frontera, es ruptura, es esperanza.
Tres miradas fijas al porvenir, tres formas distintas de cargar el pasado. Un pan, una valija, una infancia.
Aún no saben en qué se convertirán, pero ya han dejado atrás todo lo que fueron.
Y un país que, sin saberlo, ya se transforma en ellos.

La patria a pie con dos bolsitas
No todos cruzan mares: hay quienes migran entre estaciones del mismo país. El tren quedará atrás, pero los ecos del silbato girarán por siempre en su memoria.
Camina con el sol de frente, cargando su mundo en 2 bolsitas. Como miles que llegaron desde lugares sin destino a las grandes ciudades en busca de trabajo, educación y sustento.
Camina solo, con lo justo, en un paisaje de vías que se bifurcan como las desconocidas puertas que se le abren.
Es la imagen del desarraigo silencioso, del que llega sin anuncio ni épica, pero también del que terminará siendo parte vital del entramado urbano argentino.
Los que llegaron juntos
El futuro no siempre aguarda con los brazos abiertos.
Ellos vienen de mundos diferentes, pero del mismo abismo.
Traen la historia firmada en la ropa y la esperanza en los ojos.
Aún sin tierra propia y sin saberlo ya empiezan a forjarla.
El silencio cargado en sus miradas es testimonio de la espera, la incertidumbre y el deseo de pertenecer.
El gesto serio, el abrigo precario, la dignidad firme.
Todo transmite la dimensión colectiva del desarraigo, el anonimato compartido y la espera ante lo desconocido.
Argentina también los espera.

El viaje recién comienza.
Con el tren encendido detrás y el cielo ardiendo, te golpea el coraje silencioso de quienes migran no solo por sí mismos, sino por las generaciones que vendrán. Se respira un aire de dignidad, alerta y ternura contenida
Detrás de su rostro, late todo lo que calla.
No hay miedo, hay determinación.
No hay lágrimas, hay fuego.
El tren ruge como un pasado que no te deja soltar, pero ella mira de frente, nos mira de frente buscando una respuesta que no tenemos.
El niño a su lado no sabe que pisa tierra nueva: para él, migrar será crecer. Para nosotros será la matriz de lo que somos hoy.
Acerca de la Obra
“Inmigrantes 1930” es una serie que recupera las imágenes silenciadas de quienes llegaron a la Argentina cuando el mundo se desmoronaba.
No son retratos heroicos ni escenas grandilocuentes: son fragmentos íntimos, miradas detenidas, silencios densos.
Cada obra presenta un momento distinto del acto migratorio: la partida, la soledad, la espera, el descenso, el tránsito, la llegada colectiva, la maternidad migrante.
A través de imágenes profundas, la serie pone en escena no solo el movimiento geográfico, sino también el emocional y simbólico de quienes dejaron todo atrás para comenzar desde la nada misma.
Estas figuras anónimas se incorporaron —sin manual, sin idioma, sin promesas— a la trama cultural y social que seguiría creciendo en las décadas siguientes.
La serie propone volver a mirar esos rostros, no como ilustración de un pasado remoto, sino como reflejo activo de lo que somos hoy. Porque nuestra identidad se construyó —y se sigue construyendo— con la llegada de otros.
“Inmigrantes 1930” forma parte de un proyecto mayor que explora los distintos movimientos migratorios que tejieron el cuerpo vivo de la sociedad argentina. Desde los primeros colonizadores, los pueblos originarios y la esclavitud forzada, hasta las inmigraciones internas y los desplazamientos actuales. En esta obra dejo mis interrogantes por los hilos invisibles que nos unen, nos desplazan y nos transforman.
No hay país sin los que llegan.
No hay historia sin los que caminan con lo puesto, cargando una lengua ajena, un dios partido, una foto rota.
No hay nosotros sin el temblor del que pregunta si puede entrar.